“Recuerdo que, en Alemania, una de las personas que me entrevistaron para Lufthansa me dijo que, por mi personalidad, más que aviador tenía que estar al otro lado: gestionando y dirigiendo. La vida da muchas vueltas y no sabes si lo que te dicen va a pasar, aunque finalmente sucedió así y aquí estamos con Vistajet”, apunta.
Flohr se apartó del mundo de los aviones unos años para entrar en el de las finanzas e informática con Comdisco, empresa de la que llegó a ser presidente. Para sus viajes era cliente de diferentes operadores de jets privados y finalmente decidió adquirir uno para su uso personal: un Bombardier Learjet. En ese momento arrancó todo.
En 2004 fundó Vistajet con dos Learjet gemelos: ambos eran de color gris, con una línea roja recorriendo el fuselaje e identico interior. La homogeneización de un servicio de lujo fue para su fundador una de las claves del éxito, pues considera que para ofrecer vuelos a la medida se ha de partir de una base fija y con esa fórmula, en diez años Vistajet pasó de tener dos aviones a 70, siempre de la casa Bombardier, que fue la que compró la marca Learjet y creó una línea propia de aviones ejecutivos.